Los edificios modulares mantienen los mismos estándares de durabilidad y calidad que las estructuras permanentes, cumpliendo con las últimas normas de construcción y requisitos de planificación. La principal ventaja reside en el importante ahorro de tiempo. Por ejemplo, un nuevo edificio de oficinas modular suele estar listo para ser ocupado hasta un 50% más rápido que uno construido convencionalmente, mientras que una opción renovada se puede preparar hasta un 70% más rápido.